Estamos inmersos sin quererlo, sin intención. Nadie nada en la mierda por opción, mas bien por obligación. Todos pasamos por el mismo camino y cada vez que alguien lo recorre, lo arruina más y más.
Pero no hay de que preocuparse, de todas formas, todos llegaremos a nuestros destinos sin importar quién se cruce en nuestro constante avanzar. El descanso final tan y tan poco ansiado no es más que una excusa para abandonar el que creemos que es nuestro «objetivo». Nunca podrás abandonar lo que eres o lo que serás, sin importar que digas o hagas.
Así que no perdamos más tiempo, ya lloramos suficiente. ¿Que tal si ocupamos el tiempo que nos queda en esta pequeña dimensión para hacer lo que realmente queremos hacer? Se que suena más fácil de lo que es, pero si no lo intentamos, nunca sabremos cuan difícil es en realidad. El caos no es más que el momento ideal para empezar a construir nuestro pequeño refugio, ese que nos aislará del desastre que nos rodea. Pero ojo, que nuestro peor enemigo vive mas cerca de lo que creemos.
Desdichadø 